Cuando uno ve por tv o ve en prensa fotografías de los efectos y los daños causados por una catástrofe natural, suele empatizar con los afectados y puedes medio adivinar como se pueden sentir. Pero cuando una de esas catástrofes suceden en un lugar que te afecta directamente, la verdad es que las circunstancias, los sentimientos, la forma en que lo vives ... cambia radicalmente.
El pasado 19 de octubre la Villa de Sádaba ( Zaragoza ) sufrió una riada que según la Confederación Hidrográfica del Ebro ( CHE ) no se había producido desde hace más de 100 años y difícilmente se volverá a producir en otros tantos años.
La escuela completamente destrozada y que tendrá que ser de nuevo reconstruida, locales comerciales, viviendas, comercios, infraestructuras viarias, campos de cultivo .... todo quedó anegado por la riada del pasado viernes.
Cuando hablas con familiares o con alguno de los amigos de toda la vida y te cuentas los momentos que vivieron el viernes, aún se les pone un nudo en la garganta conforme te lo van relatando. Te van dando noticias, de la casa de este, del otro ... casas que conoces a la perfección, personas nombradas a las que a todas les pones cara ... personas que conoces desde que eres chico.
El sábado y una vez pasado un día desde la riada, me acerqué a Sádaba para ver como estaba la casa de la madre y conforme me iba acercando por las calles del pueblo, iba confirmando todo el destrozo causado. Las calles llenas de barro, coches a cientos de metros de su ubicación inicial, contenedores en medio de la nada, la farmacia completamente destruída, puentes que habían desaparecido por arte de magia, las barandillas del puente principal ya no estaban ... y la escuela ... un verdadero desastre.
Lo de menos es como estaba la casa de la madre porque sinceramente aunque había agua y algo de barro por alguna zona de la misma, no es comparable, ni por asomo, con todo lo que les había sucedido a muchos de los vecinos/amigos de mi querida Sádaba.
Tras una ligera limpieza en casa, me dispuse a sacar alguna fotografía del destrozo causado y pese a que estaba cayendo una monumental, me calcé las botas, paraguas en una mano y con el teléfono móvil me di una pequeña vuelta por el pueblo. Siento mucho la calidad de las fotografías pero comprender que son fotografías con el móvil, con una sola mano porque la otra la necesitaba para taparme con el paraguas .. pero para hacerse una pequeña idea creo que será más que suficiente.
Esta imagen es desde el balcón de casa de mi madre. Aún se puede apreciar, un día después, más de un palmo de agua cubriéndolo todo y eso que el río Riguel queda a varios cientos de metros.
El cauce del río Riguel cuando yo me acerqué el sábado ya tenía su aspecto normal. Comprobaréis que el río a su paso por el pueblo está canalizado. Menos mal. Si no lo llega a estar ¿ que hubiera sucedido ?
La escuela
Si hubo algo que me impresionó fue el estado en el que quedó la escuela. Pensar que a la hora de la riada, los chavales ya estaban en las aulas y que vais a ver en las siguientes imágenes como quedaron.
Esos escombros que se ven en primer término son de lo que era la pared de la escuela. Y esa habitación que se ve y a la cual se le han caído las paredes, es el comedor escolar.
El comedor escolar
Aulas de la escuela pública de Sádaba tras el paso de la riada.
Impresiona ver algo así en vivo y en directo. No se si las fotografías os darán la realidad de como quedó todo.
Los comercios y las casas más próximas al río .... todo quedó completamente anegado. Se aprecia perfectamente en la pared, el nivel que alcanzó el agua.
Todo completamente inservible. No se pudo salvar absolutamente nada de esas casas.
Esos hierros retorcidos son los travesaños de la valla de la escuela. De la valla como podéis apreciar, ni rastro. Los postes aguantaron porque están clavados a la piedra y con cemento.
La fuente del pueblo que tendrá como unos tres o cuatro metros de altura quedó completamente anegada y cuando se filtró el agua, toda la suciedad que arrastró la riada, quedó como testigo.
Desolación y pérdidas por todos los rincones de Sádaba.
Mucho ánimo y mucha fuerza para todos y cada uno los vecinos de Sádaba, para todos los Sadabenses.
Os queda un largo camino pero estoy seguro que podéis con eso y con mucho más.
Un abrazo enorme para mis amigos Valentín-Nieves, Juli-Leo, Marcos-Laura, Miguel Angel-Ana Carmen, José Antonio-Nuri, Josechu-Ana Cris, Germán, Paco-Pilar ...
para mis primos, tíos ... para TODO SÁDABA
fotografías con el móvil