Escocia

Isla de Skye

Skye tiene posiblemente el paisaje más dramático y salvaje de Escocia. Pero aún resulta más espectacular por los continuos y caprichosos cambios climáticos. Es también tierra de clanes familiares. De alguna forma, todavía sigue vigente la rivalidad entre los MacDonald y los MacLeod, antiguos señores de las islas o Lords of the Isles. El castillo de los primeros, en Armadale, se ha transformado en un museo dedicado a este mundo ancestral, pero sobre todo a la cultura gaélica de la isla (entrada: 6,5 euros). Lo mejor de él es el inmenso parque que lo rodea y que puedes explorar a través de senderos bien señalizados. El acceso es gratuito. Sin embargo, sáltate el supuesto castillo de los MacLeod, en Dunvegan. Entrar cuesta 8,5 euros y no tiene ningún interés.

Para moverte por la isla hay una buena red de autobuses locales. Infórmate en la Oficina de Turismo de Portree, la capital de Skye. Muy cerca, en la plaza On the Green, puedes alquilar una bicicleta en Island Cycles (de 15 a 20 euros al día). Pero recuerda que la isla es muy montañosa y más grande de lo que puedas imaginar. Tiene forma de ala y una longitud máxima de 80 km. Pero son tantos sus recovecos que es imposible recorrerla entera.

Lo bueno es que nunca estarás lejos de Portree, la única población de cierta importancia en la isla. Es un pequeño puerto del que te enamorarás, con sus casitas de colores en el muelle y un montón de pubs donde podrás oír música gaélica en vivo hasta altas horas de la noche. En verano, el ambiente es siempre muy divertido y todos los habitantes de la isla acuden al final del día.

Tómate una cerveza (3,5 euros) en alguno de los pubs cerca de Somerled Square, donde se suele comenzar la fiesta para terminarla en la zona portuaria. Para conocer la artesanía local visita el An Tuireann Arts, en Struan Rd.