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martes, 26 de mayo de 2009

Escocia


Princess Street



La silueta del Forth Bridge se presenta como punto de conexión entre el norte y el sureste de Escocia. Este puente para ferrocarril atraviesa el Fiordo de Forth, en la zona este escocesa, a catorce kilómetros del centro de Edimburgo, conectando la capital con la región de Fife.

Su imponente perfil en acero sigue admirando más de un siglo después de su construcción, en 1890, cuando se convirtió en uno de los primeros puentes de gran tamaño realizados en este material. Sus dos kilómetros y medio de largo y sus 46 metros de elevación sobre el nivel máximo del agua atestiguan la envergadura que implicó su construcción. De hecho, ha llegado a ser señalado como uno de los monumentos más reconocibles de Escocia, un lugar que, no carece precisamente de patrimonio histórico-artístico.

Hagamos un breve repaso por su historia: el Forth Bridge fue oficialmente completado el 4 de marzo de 1890, siete años después del inicio de las obras. Se intentaba con su construcción acabar con la peligrosidad que suponía cruzar el Fiordo de Forth en barco debido a las frecuentes tormentas e incluso a la presencia de piratas en esta zona. Nada más y nada menos que cuatro mil hombres llegaron a participar en su construcción, que utilizó 54.000 toneladas de acero. Y lo que es más dramático: al menos 57 de esos obreros perderían la vida mientras el puente se erigía.

En la actualidad, y a pesar de los más de cien años transcurridos desde que se terminó, el Forth Bridge sigue siendo una arteria fundamental en la red de ferrocarril escocesa. De hecho, en él se efectúan hasta doscientos movimientos de trenes por día.

La estructura del tren fue ideada por Sir John Fowler y Sir Benjamin Baker, que lograron una obra que es considerada, aun hoy en día, como maestra en el campo de la ingeniería. Mantener una infraestructura de estas características requirió desde un principio la existencia de un taller de mantenimiento específico.

El Forth Bridge es una estructura tan conocida en Escocia que existe incluso una expresión coloquial, “pintar el puente de Forth”, que teniendo en cuenta el gran tamaño de éste, se usa para referirse coloquialmente a la realización de una tarea interminable. Más datos para refrendar la presencia de este puente en la vida cotidiana: apareció en una escena de la película 39 Escalones, de Alfred Hitchcock; en él se instaló, en 1998, un reloj que marcó la cuenta atrás hasta el final del milenio, y el cantante de folk Robin Laing grabó una canción sobre la estructura del puente que llevaba por título, precisamente, “The Forth Bridge”.

1 comentario:

  1. muy interesantes los datos que estas poniendo con las fotos...estoy aprendiendo mas cosas ahora que cuando lo vimos en el escocia y mirabamos esa guia tan estupenda que compramos...

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